Ya sabemos que nunca se sube o se baja en vertical y que todo impulso acelerado, sea en el sentido que sea, necesita de su necesaria corrección. Es más, estas correcciones, si acaban dando lugar a un segundo impulso posterior en el sentido del primero, sanean la tendencia marcada, dan pruebas de su bondad y, lo que es más importante, brindan una oportunidad de entrada a los que se quedaron fuera.
Ésa es la tesitura en la que ahora mismo se encontrarían Santander y BBVA, corrigiendo el impulso alcista iniciada con el mes de marzo. Incluso en el caso del Santander, este paso atrás viene ayudado por el encuentro entre el precio y la directriz bajista primaria que guía toda la bajada desde los máximos de comienzos de año.
Habrá que ir valorando sobre la marcha hasta qué niveles podría llegar este retroceso para que siguiera siendo aceptable lo dicho en el primer párrafo, aunque se me ocurren los 10,30 euros del BBVA o los 10-10,20 del Santander.
Toca vigilar este pull back, por si el mercado nos da señales de su finalización en próximas sesiones y, con ello, nos anima a entrar en el lado largo. Por supuesto, también toca vigilar por si las cosas se pasaran de frenada y hubiera que reconsiderar el escenario que ahora planteamos.