Se parece mucho lo visto hoy en el mercado español a lo ocurrido a mediados de junio del año pasado. Entonces, dos sesiones fulgurantes bastaron para lanzar a los valores que ahora nos ocupan por encima del diez por ciento de subida. Hoy ha sido una sola sesión la que nos ha acercado a esa suma. Entonces, como ahora, se rebotaba desde esa zona de soporte horizontal que constituyen las líneas verdes que marcamos en los gráficos adjuntos.
Entonces, como ahora, el durante largo tiempo reprimido deseo de tirar hacia arriba de la bolsa española posibilitó un espectacular rebote. Y, como también hiciéramos en aquellos días, nos toca la ingrata tarea de matizar las cosas.
El Ibex 35, y más concretamente los dos grandes bancos, no han pasado de la noche a la mañana de ser bajistas a convertirse en paradigma del alcismo bursátil. El alcismo de verdad habita en otras series y, principalmente, en otros mercados más allá de nuestras fronteras.
Nuestra bolsa nos ha regalado hoy la oportunidad de confeccionar grandiosos titulares. Esta noche, hasta el último telediario se hará eco de la hazaña. Pero no se engañen: la tendencia no ha cambiado, o al menos aún no podemos saber si estamos ante el inicio de un verdadero cambio tendencial. Que eventuales retrocesos en días venideros puedan hacer que los especuladores se jueguen unos cuartos en el lado largo con stops marcados a fuego en los soportes desde los que ahora se rebota es, sin duda, una idea aceptable. Pero eso todavía no es operativa seguidora de tendencia.
Wall Street, la bolsa alemana y un puñado de valores nacionales sí nos invitan desde hace meses a operar a favor de la tendencia. Incluso, si me apuran, el CAC francés o el Eurostoxx 50 estarían también a punto de pedir estrategias compradoras.
De Santander y BBVA, únicamente podemos decir aquello de progresan adecuadamente, sobre todo porque con este eufórico rebote se alejan, no sabemos si sólo momentáneamente, los peligros que no hace mucho citábamos si esas líneas verdes se cruzaban a la baja en cierres semanales. Quizá no sea una forma muy espectacular de presentar lo visto hoy, pero alguien tiene que poner un poco de cordura.
