Empieza a hablarse en los sitios bursátiles de ultramar del consabido rally de Navidad. Como el turrón, los villancicos, los buenos propósitos o las reuniones familiares, así también todos los años por estas fechas regresa esa pauta estacional que posibilita subidas en las cotizaciones en la parte final del año.
En esta ocasión, Santa Claus se encontrará con una situación especialmente anómala. Por primera vez en mucho tiempo las bolsas europeas gozan de un aspecto técnico en el muy corto plazo ostensiblemente mejor que el que destilan las series de los principales índices de Wall Street.
Las recientes elecciones presidenciales y los temores al abismo fiscal que espera a la economía estadounidense a la vuelta de la esquina han propiciado que los principales valores de la bolsa de Nueva York profundizaran en la corrección iniciada a mediados de septiembre, haciendo igualmente que la posterior recuperación haya sido, de momento, bastante más tímida. Más camino por recorrer de aquí a final de año, pensarán los optimistas.
Técnicamente, el Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq 100 han puesto estas últimas sesiones la primera piedra de este hipotético rally de Navidad. Se han superado las directrices bajistas que se marcan en las series adjuntas, dando con ello una señal de fortaleza alcista renovada. Queda ahora en tareas pendientes la superación de los niveles de resistencia especialmente relevantes, cuyo cruce al alza dará un vuelco significativo al escenario de corto plazo.
La zona de los 1.435 puntos del S&P 500, los 2.700 que el adelantado Nasdaq tiene a tiro de piedra y los alrededores de los 13.300 del más rezagado Dow Jones Industrial constituyen esos niveles de precio.
De todas las pautas estacionales que pululan por el mundo de la bolsa, quizá sea esta del rally de fin de año una de las más repetidas y creíbles. Eso sí, no sería la primera vez que las blancas navidades pasan sin pena ni gloria en lo bursátil, o incluso con un cierto tinte rojo en las cotizaciones.
Seguiremos los acontecimientos.