Si el desarrollo de las cotizaciones bursátiles es el fiel reflejo de la economía y de la realidad de las empresas cotizadas, puede afirmarse sin ningún género de dudas que el sector químico europeo ha sido uno de los que mejor ha sabido salir de la crisis que se iniciara a finales de 2007.
Empresas como la alemana Bayer han conseguido en el último año doblar su capitalización bursátil. En un período de tiempo similar, nuestra Telefónica conseguía una hazaña de signo contrario: reducir prácticamente a la mitad el valor de sus acciones. Echen un vistazo al cuadro de componentes de este sector europeo y comprobarán cómo, lamentablemente, ninguna española figura entre las dieciséis elegidas. Abundan, como no podía ser de otra manera, las alemanas, un par de francesas y poco más. Lo nuestro son los bancos y el ladrillo. Aquella lapidaria frase (¡Que inventen ellos!) sigue lamentablemente muy presente en nuestro país.
Centrándonos ya en los aspectos puramente técnicos, lo primero que debemos recalcar es que los alcistas también corrigen. La línea verde que se marca en la gráfica del índice sectorial europeo, y que se corresponde con el tramo alcista iniciado a finales de junio, encerraba ya una endiablada verticalidad que tarde o temprano debía dar lugar a una adecuada corrección. La contundencia con la que hoy ha caído el sector nos hace pensar que estaremos ante una virulenta y rápida corrección en el precio.
Lo de hoy han sido prácticamente marubozus bajistas, por lo que habrá que esperar acontecimientos desde la barrera. ¿Se dirigirá el índice sectorial y valores como Bayer o Basf al encuentro de las directrices azules que se marcan, volviendo con ello a un alcismo más pausado? Todo puede ser, aunque mucha corrección nos parece. Lo verdaderamente relevante es que no creemos que las químicas hayan dejado de ser alcistas, simplemente han iniciado una adecuada corrección. Por tanto, estamos en la antesala de una futura oportunidad de compra y ante un sector al que no perder de vista.
Seguiremos los acontecimientos.
