Siguiendo con el tema de los triángulos que antes tocábamos en el análisis de Repsol, vemos en la gráfica diaria de Técnicas Reunidas cómo las líneas azul inferior y naranja formaron también un triángulo bajista por definición. Sin embargo, en este caso la rotura se produjo al alza y no a la baja, como era presumible, habiéndose detectado además un considerable aumento de volumen en la subida final.
Ya nos hemos referido en alguna ocasión a cómo el método de análisis técnico establece premisas y condiciona nuestra operativa a su cumplimiento. Si en este caso no se produjo la rotura a la baja de la formación triangular, no se cumplió la premisa y, por tanto, no hubo señal de venta.
El problema radica entonces en si se puede entender o no que una pauta típicamente bajista pueda ser considerada como señal alcista en el caso de desarrollarse de forma diferente a lo establecido. Es decir, si esa ruptura alcista de la línea naranja es una verdadera señal de compra.
Es, desde luego, una cuestión apasionante para un enamorado del chartismo como yo, aunque quizá para alguno de nuestros lectores pueda parecer baladí. Tal y como yo lo veo, la solución pasa en este caso por recurrir a la vieja técnica del segundo impulso. Si el movimiento de ruptura alcista es bueno, y lo que hemos visto en estas últimas velas no es más que un pull back a la resistencia superada, el mercado lo acabará mostrando produciéndose un segundo impulso al alza que supere el anterior (línea roja).
Lo malo será, llegado el caso, que esto coincidirá con el enfrentamiento de la resistencia dinámica que supone la directriz bajista marrón. Pero eso ya lo vamos a dejar para otro día. Aunque hoy andemos muy didácticos, tampoco vamos a aburrir en demasía a los lectores.