Pues sí, tanto Ebro Foods como Técnicas Reunidas son dos valores venidos a menos. Es algo que ocurre en las mejores familias, y los dos títulos fueron no hace mucho miembros del distinguido linaje de las series netamente alcistas.
Por más que pueda dolernos, y en el caso de Ebro nos duele especialmente, la realidad que impone el mercado es la única que debe importarnos. Podemos creer que poseen unos fundamentales excelentes, incluso que los operadores se equivocan al no valorarlos convenientemente. Pero cuando una directriz alcista se rompe a la baja con contundencia, todo lo demás sobra.
En estrictos términos de análisis técnico, Ebro Foods lucha por recomponerse al alza una vez que parece haber encontrado un soporte fiable en la zona de los 11,80 euros. Esa línea verde que marcamos en la gráfica adjunta ha posibilitado el dibujo de sendas velas amartilladas con sombras inferiores alargadas, lo que da idea de que por ahí la memoria del mercado funciona y entra dinero al rescate.
No entenderemos que los bajistas han bajado la guardia en el valor hasta no ver cierres semanales que superen con la debida solvencia la zona de los 14,50 euros (banda amarilla). Por ahí se dejó un significativo hueco bajista a comienzos de julio y con ello nació la resistencia que medirá la verdadera fortaleza de lo que hasta ahora no es otra cosa que un rebote desde zona de soporte. Es cierto que la gráfica semanal describe ya un segundo impulso al alza, pero también lo es que no se aprecia especial entusiasmo en el volumen en este último tramo de subidas. Así que mejor esperar a ver cómo se resuelve ese eventual enfrentamiento con los 14,50 euros para tomar decisiones de inversión.
En cuanto a Técnicas Reunidas, la gráfica diaria que adjuntamos presenta un típico proceso de progresiva aceleración de la tendencia bajista, proceso que, a día de hoy, aún no puede darse por finiquitado.
Si la cotización se hubiera seguido moviendo en ese bajismo pausado que representa el canal de líneas rojas, el precio debería andar a estas alturas unos diez euros más arriba. Pero a la pausa le sustituyó el ímpetu bajista que representan las líneas anaranjadas y ya vemos lo que eso trajo consigo.
La clave pasa ahora por la consecución de cierres diarios que superen solventemente la zona de los 27,80 euros, cota en la que a comienzos de agosto se dejó un hueco bajista (banda amarilla) que ya ha tenido oportunidad de demostrar su buen hacer como resistencia para el precio. No es que con el cumplimiento de dicha premisa se hayan acabado los escollos para la cotización, pero al menos podría verse un tramo al alza de cierta consideración hasta atacar resistencias que cotizan más arriba.
Seguiremos los acontecimientos.