En nuestro último análisis del valor mencionábamos lo que hasta entonces era una imponente demostración de fortaleza alcista. El desplome vivido en sólo tres sesiones ha dejado claro cómo se las gasta este mercado y de qué forma pueden cambiar los escenarios de un día para otro. En cualquier caso, los que leyeran aquel análisis recordarán que establecíamos como premisa necesaria para la apertura de cualquier posición compradora la superación en cierres de los 11 euros. El método funciona así: la orden sólo se lanza si la premisa se cumple. Seguramente el descalabro hubiera llegado igualmente en el caso de haber superado los 11 euros en cierres, pero al menos esta vez no podemos decir que el mercado nos engañó.
Técnicamente, esa línea roja que actúa como resistencia dinámica ascendente ha funcionado una vez más a la perfección, y ya van unas cuantas. Ha habido una considerable, y alocada, fuga de dinero, lo que no es bueno. Pero también es cierto que estas caídas verticales suelen procurar, tarde o temprano, rebotes aprovechables en la operativa en el lado comprador.Eso sí, especular con esos rebotes debería estar prohibido para aquéllos que juegan en esto de la bolsa sin stops.
El primer nivel de soporte relevante, y punto crítico en el que pudiera acontecer una parada y posterior rebote, cotiza en el mantenimiento en cierres de los 8,95 euros. Por ahí andaremos con la caña preparada. Si el pez decide dejarse llevar río abajo por la corriente bajista, la siguiente zona de pesca cotiza en el nivel de los 8,65 euros.
Por arriba, sólo cierres por encima de los 9,90 euros nos harían pensar en un rebote de cierta entidad e incluso en el final de esta corrección en el título. Mientras tanto eso no ocurra, esa zona es el lugar de stop para posiciones cortas o vendedoras y un posible objetivo final de ese eventual rebote que pudiera producirse en algún momento.