De las frases terribles que han pasado a la historia, aquella que pronunciara el copiloto de Carlos Sainz en 1998, cuando el Toyota que conducía se paraba a 500 metros de la meta, perdiendo con ello el campeonato mundial de rallys, es una de las más impactantes. Curiosamente, aquel coche maldito que se negó a arrancar llevaba como uno de sus patrocinadores principales a la compañía que ahora tratamos.
Con los bancos animándose y queriendo tirar del carro en el que el Ibex anda subido y que no es otro que el de dar de una vez por todas por acabada la corrección iniciada en septiembre. Con Inditex demostrando que el alcismo que atesora su serie está por encima del bien y del mal. Con todos estos mimbres, sólo falta que Telefónica, actualmente la tercera compañía por capitalización bursátil del mercado español, se una a las huestes alcistas. La tarea pendiente, dar por finalizada la corrección e iniciar un nuevo tramo de subidas más allá de los máximos de septiembre, sería bastante más fácil si la teleco sumara esfuerzos.
Técnicamente, la debilidad que se desprende de Telefónica es evidente en la gráfica que adjuntamos. Inexplicablemente alejada de los 11,78 euros que fueran los máximos de septiembre, sin mostrar demasiado interés por atacar la directriz bajista de medio plazo que marcamos en la serie (línea roja), no parece que nuestro Ibex vaya a recibir demasiado apoyo por este lado.
La reciente rotura de esa bajista naranja de muy corto plazo se ha producido con una lateralidad tal que carece de cualquier significado operativo. Así las cosas, más miramos hacia el soporte (línea azul) que habita en los alrededores de los 9,75 euros que hacia arriba. Si, como parece ser, Telefónica no va a participar en la batalla final por acabar con la onda correctiva que aún vivimos, al menos que no una sus fuerzas al enemigo.
Seguiremos los acontecimientos.