Tocó el S&P 500 la semana pasada con los dedos la posibilidad de superar la zona de máximos históricos que determinaron el final de la burbuja tecnológica en aquel ya lejano año 2000 y el de la no menos burbujeante crisis financiera a finales de 2007.
Esa zona entre los 1.550 y los 1.580 puntos constituye la resistencia histórica con mayúsculas para la madre de todos los índices. Y el S&P 500 lleva desde comienzos del mes de marzo dándose un paseo por los alrededores de la historia. La semana pasada, por momentos, parecía que Wall Street se sentía con las ganas suficientes para acometer esa barrera. Sin embargo, finalmente fallaron las fuerzas y la situación de corto plazo queda suficientemente expresada en la gráfica del cfd sobre el índice que acompañamos.
Perdido ese canal de líneas azules que guiaba suavemente las subidas a lo largo de las últimas semanas, ahora lo que fuera su base parece que va a actuar como resistencia para la recuperación. Si los bajistas deciden dar otra vuelta de tuerca, aprovechándose del vértigo que estos guarismos provocan, la zona de los 1.525 puntos podría ser el destino para la cotización.
Se enfrenta el más selecto de los índices bursátiles mundiales a su propia historia. Quizá todos nos juguemos algo en esta partida.
