Fueron muchos, me incluyo entre tales ilusos, los que creímos que Zardoya estaba por encima del bien y del mal. El haber sido uno de los pocos títulos que se puso el adjetivo alcista en aquella travesía del desierto que fueron los años comprendidos entre 2000 y 2003 ayudó mucho a fraguar esa leyenda. Pero también al título le llegó su San Martín.
Quizá una semana de éstas veamos cómo el precio cruza al alza el techo de ese canal bajista en el que anda sumido desde la primavera de 2009 (justo cuando empezó el último gran tramo alcista en la generalidad de los mercados). Sin embargo, hará falta mucho más para dejar atrás esta nueva leyenda (muy contraria a la anterior) que el valor se ha ganado a pulso.